El día de hoy lo hemos llamado “yellow experience”, os contamos el porqué.
Emprendemos la jornada de hoy con un día despejado; el sol, que hasta hoy se había resistido, luce y su reflejo en la nieve nos deja unas imágenes de postal en nuestra llegada a Tartu en autobús.
Tartu es la segunda ciudad mas poblada de Estonia y centro cultural del país, pero de esto os hablaremos mas adelante.
El amarillo es el color elegido por la “Variku school” (primaria y secundaria) de Tartu para unificar sus instalaciones, nos encanta la mezcla de estos colores en los espacios comunes que nos reciben en la entrada.
Tras la sesión introductoria del director, comenzamos la visita por el centro.
No exageramos si decimos que este centro es sin duda el sueño de cualquier docente y de sus pupilos…, la versatilidad de los espacios y el mobiliario, las ideas bien estudiadas y planteadas con enorme practicidad y ::::::Nos dejaron muy claro que es fundamental también contar con una coherente y distribución de los recursos de nuestros centros.
Nos recibe su directora, que nos explica el enorme valor histórico del edificio en el que estudian su alumnado. Además de aclararnos bastantes dudas sobre estos cursos previos a la universidad y darnos una visión global de la comunidad educativa de esta ciudad.
Entre sus estancias se encuentra la sala donde se firmo la primera declaración de la independencia de Estonia.
Varios alumnos del centro nos “hacen de cicerone” por sus clases y nos explicaron su propia visión esta etapa de su formación.
No podíamos irnos de Tartu sin visitar su precioso casco histórico, con numerosos edificios de los siglos XVIII- XIX, las ruinas de su catedral y sus barrios con casas de madera frente al río Emajogi.
Volvemos a Tallinn y el sol, ya anaranjado, se despide de nosotras en un atardecer nevado de cuento. Sin duda ha sido un gran día.
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